La Sala Polifemo del Teatro Góngora ha acogido esta mañana la tercera sesión del III Foro de formación ‘El Árbol de las Palabras’, con una mesa de debate conformada por la directora de documentales y ex-miembro de la directiva de la Federación Panafricana de Cineastas (FEPACI) Jihan El Tahri (Egipto); Pocas Pascoal, cineasta angoleña y miembro del jurado del FCAT Córdoba 2015; Mariama Sylla (Senegal), directora de documentales y Angèle Diabang  (Senegal) cineasta y presidenta de la Asociación de Derechos de Autor de Senegal. “Cuatro mujeres cineastas que no van a hablar de cine de mujeres”, ha destacado el coordinador técnico del foro, Carlos Domínguez, “porque en el Festival de Cine Africano de Córdoba tratamos de romper tópicos”.

El tema sobre el que ha girado la sesión ha sido el panafricanismo, un concepto que encierra una visión utópica de las interrelaciones entre países africanos. Al respecto, Jihan El Tahri, autora de Behind the rainbow y Cuba, una odysée africaine, ha afirmado que la visión panafricanista en su cine se da porque “los temas que se abordan suponen preocupaciones colectivas”. Al respecto, ha añadido que “las realidades son recurrentes no en el detalle, sino en el enfoque”.

Angèle Diabang, senegalesa y autora de Congo, un médecin pour sauver les femmes, ha explicado que para la elaboración de este documental se trasladó al país congoleño porque “lo que me interesaba era la historia de esas mujeres”, víctimas de violencia sexual en un país en guerra. Asimismo, ha señalado la necesidad de establecer “cooperaciones sur-sur” entre los diferentes países de África así como “infraestructuras para conectarnos mejor”.

Por su parte, Mariama Sylla, directora de Une simple parole (Senegal), ha señalado que, pese al interés por el panafricanismo para “compartir las cosas entre africanos”, no se debe olvidar que “hay similitudes pero también diferencias” entre los países. En la misma línea, ha animado a “agrupar las diferencias” en virtud de una África unida pero múltiple, y a “impulsar la creación africana” mediante fondos gubernamentales.

Finalmente, Pocas Pascoal, directora de Por aquí tudo bem (Angola/Portugal), ha contado que, debido a que tuvo que exiliarse desde Angola a Portugal siendo joven, “he crecido con influencias culturales de otros exiliados africanos” y una idea común: la de “combatir el colonialismo”.

El III Foro de Formación ‘El Árbol de las Palabras’ es una propuesta promovida por Al-Tarab y co-organizada por la Cooperación Española, gracias al apoyo de su Programa ACERCA de Capacitación para el desarrollo del sector cultural de la AECID, con la colaboración de la FIIAPP.

Más allá de riesgos y tabúes

Hoy también ha tenido lugar la tercera de las grabaciones del programa “El Séptimo Vicio” de Radio Nacional en colaboración con el foro ‘El Árbol de las Palabras’. Mariama Sylla y Dalila Ennadre (directora de Des murs et des hommes) han sido las protagonistas de este encuentro, al que se ha sumado la voz de la actriz y cantante Astrid Jones, que ha interpretado a capela dos canciones y una nana tradicional africana.

Mariama Sylla ha reflexionado sobre la humanidad del arte y la frialdad del mercado antes de comenzar a hablar sobre cómo la película, Une fenêtre ouverte, aborda un tabú universal: el tema de la locura. La cinta enfrenta al espectador “ante un espejo rojo, donde uno se mira y puede ver muchos fragmentos. Hay que reconstruir esa imagen rota”. La película, dirigida Khady Sylla, fallecida en 2013, esta película en la que Khady retrata su propia enfermedad.

Finalmente, Dalila Ennadre ha reconocido el peligro que entraña hablar de religión en estos días, pero “precisamente por eso hay que hacerlo, porque pertenece a la intimidad de las personas y hay que luchar contra quien pretenda imponerla”. En Des murs et des hommes, Ennadre retrata el ambiente de la medina de Casablanca, que encierra “energía, drama y felicidad” de los que viven en ella, convirtiendo a la ciudad en el personaje principal de su documental.

Mañana tendrá lugar una nueva sesión del foro ‘El Árbol de las Palabras’ y la posterior grabación de “El Séptimo Vicio” de RNE en la Sala Polifemo del Teatro Góngora.